SEMANA conoció, en primicia, detalles del nuevo informe del Ministerio de Justicia y la Oficina de la Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) en materia de cultivos ilícitos en 2021.
El documento es revelador porque Colombia llega a la cifra más alta en cuanto a aumento en su historia, basados en las cifras del año anterior (2021) con un crecimiento superior al 43%, en parte, señala el informe, impulsado por decisiones judiciales en temas como la erradicación manual y otros.
Las regiones más afectadas por el aumento son: Nariño, Norte de Santander, Antioquia y Putumayo. En total, dicho aumento representa un total de más de 204 mil hectáreas. La cifra es aterradora y refleja los pocos avances en la lucha contra los cultivos de uso ilícito, porque al comparar, por ejemplo, con 2012, eran 48 mil hectáreas totales que había en el país.
El potencial de producción es de 1400 toneladas de clorhidrato de cocaína que mantiene con tendencia al incremento, una situación que viene consolidándose desde 2014, confirmó Candice Welsh, directora regional de la UNODC para la región andina.
¿La erradicación forzada no se había detenido?
Respecto a la erradicación forzada, el pasado 23 de septiembre el ministro de Defensa, Iván Velásquez, expresó que seguía en pie y no se suspendería hasta que no se consoliden los diálogos con las estructuras armadas, en busca de la paz total.
“(…) La erradicación forzada no se ha levantado, pero entrados en conversaciones, en esos diálogos, que ya ha adelantado en varias partes el ministro del Interior, con la ministra de Agricultura, entonces la erradicación forzada se suspende”, dijo Velásquez a los medios de comunicación durante una rueda de prensa.