Las disidencias de las FARC-EP en Colombia enfrentan una creciente crisis interna que podría desatar una guerra entre dos de sus principales facciones: la estructura de Iván Mordisco y el Estado Mayor Central (EMC). Este conflicto interno amenaza con intensificar la violencia en varias regiones del país, donde estos grupos armados tienen presencia.
Según informes recientes, las tensiones entre ambas facciones han escalado significativamente, alimentadas por disputas territoriales y diferencias estratégicas en el control de rutas del narcotráfico y otras actividades ilícitas. Iván Mordisco, líder de una de las facciones disidentes más poderosas, ha mostrado desacuerdos con el EMC, liderado por alias «Gentil Duarte», sobre la dirección y tácticas a seguir en su lucha armada.
Las disidencias de las FARC-EP, que surgieron tras la firma del acuerdo de paz en 2016, han estado involucradas en diversas actividades ilegales, como el narcotráfico, la minería ilegal y la extorsión. Sin embargo, la reciente fragmentación y lucha interna podrían llevar a un aumento de la violencia en áreas rurales y urbanas, exacerbando la situación de seguridad en Colombia.
Las autoridades y expertos en seguridad han expresado su preocupación por el posible impacto de este conflicto en la población civil, ya que podría generar desplazamientos masivos, enfrentamientos armados y una mayor inestabilidad en las regiones afectadas. La posibilidad de una guerra interna entre estas facciones también complica los esfuerzos del gobierno para avanzar en la paz y la reconciliación en el país.
Este escenario subraya la fragilidad del proceso de desmovilización y la complejidad del conflicto armado en Colombia, donde las divisiones internas entre grupos armados siguen siendo una amenaza latente para la seguridad y el bienestar de la nación.