En un movimiento inusual, el primer ministro japonés, Fumio Kishida, ordenó este lunes una investigación sobre la Iglesia de la Unificación a medida que crece el escándalo que vincula al gobernante Partido Liberal Democrático (PLD) con el grupo religioso.
Durante una sesión parlamentaria el lunes, Kishida dijo que había pedido a la ministra de Cultura de Japón, Keiko Nagaoka, que abriera la investigación usando «el derecho a hacer preguntas» bajo la Ley de Corporaciones Religiosas.
Kishida dijo que al 30 de septiembre, el gobierno había recibido más de 1.700 solicitudes de consulta sobre la Iglesia de la Unificación a una línea telefónica establecida a principios de ese mismo mes.
Agregó que el gobierno “ha tomado muy en cuenta las muchas víctimas, la pobreza y las familias rotas que no han recibido la ayuda adecuada”.
Kishida señaló que era difícil decir cuándo terminaría la investigación, dado que el gobierno nunca había ejercido el derecho de hacer preguntas a los grupos sospechosos de violar la Ley de Corporaciones Religiosas.
El gobierno convocará a una reunión la próxima semana para examinar las condiciones para ejercer el derecho.
La Iglesia de la Unificación podría perder su condición de corporación religiosa y los subsiguientes beneficios fiscales, según el resultado de la investigación y la sentencia judicial, informó este lunes la emisora pública japonesa NHK. Sin embargo, el grupo aún podría operar como una entidad.
La Iglesia de la Unificación, conocida formalmente como Federación de Familias para la Paz y la Unificación Mundial, ha sido criticada desde que el ex primer ministro japonés Shinzo Abe fue asesinado en el centro de Japón en julio.
En agosto, una investigación realizada por el gobernante LDP de Japón descubrió que más de la mitad de sus legisladores tenían vínculos con el controvertido grupo religioso.